Pase lo que pase
Un equipo que ha estado tantas veces en el fango y ha acariciado otras tantas la gloria, tiene que tener una afición muy acostumbrada a llorar de pena y a cantar de alegría. Le dimos la vuelta al concepto porque la afición del Alavés es capaz de cantar más fuerte que nunca si el equipo pierde; y de llorar de alegría cuando gana. En definitva, una afición siempre está ahí.
Pase lo que pase.
Compartido con Juanjo Brizuela y Estudio Línea.